El micro-retailing (o microcomercio) es la respuesta a una necesidad del cliente, dejar que ser negocios enfocados en la venta y empezar a ser negocios enfocados en la experiencia. Y es que no debemos olvidar que los centros de experiencia y espacios de venta local en Colombia han tenido un auge a nivel exponencial, haciendo que gigantes como Grupo Éxito o Cencosud tengan que apostar por espacios más pequeños para aumentar sus ventas.

 

 Ahora, ¿por qué las estrategias de los negocios enfocados en el micro-retail parecen no funcionar igual de bien en los minoristas tradicionales? Simplemente, porque ellos lo hacen por razones diferentes a las de los minoristas tradicionales. Para los minoristas online, la apertura de tiendas físicas se hace para complementar sus plataformas online, no para sustituirlas. Sus tiendas son centros de experiencia en los que los clientes pueden poner sus manos en los productos que acaban pidiendo en línea. 



Los minoristas físicos se ponen al día

 Los minoristas físicos, sin embargo, se han dado cuenta del juego y están empezando a aprovechar las ventajas de las tiendas más pequeñas y centradas en la experiencia. Cada vez más, ellos también están abriendo pequeñas tiendas que actúan más como salas de exposición y centros de atención al cliente. Esta tendencia se conoce como "microcomercio".

 Parte de esta tendencia es simplemente económica: las grandes tiendas llenas de inventario ya no ofrecen un buen rendimiento de la inversión. Los alquileres son demasiado altos y las ventas demasiado bajas -gracias al comercio electrónico- para que muchas grandes tiendas minoristas sigan teniendo sentido desde el punto de vista financiero.

 Pero el micromercado no significa simplemente abrir una versión reducida de una tienda más grande. Por el contrario, los establecimientos de micro retailing intentan situarse más cerca del cliente, hacer hincapié en el servicio al cliente, minimizar el inventario, utilizar la tecnología y, sobre todo, crear una verdadera experiencia omnicanal en la que el comercio online y el offline se unen.

 

 (Te puede interesar: SISTEMATIZANDO LOS NEGOCIOS EN ECUADOR)




Nuevos rumbos para los comercios tradicionales

 Para que los comercios minoristas tradicionales sobrevivan al creciente crecimiento del comercio electrónico, tienen que centrarse en sus ventajas, que son esencialmente tres: 

 

  • La primera es la navegación. Las tiendas físicas permiten a los clientes manejar físicamente los productos, ver las diferencias entre todas las opciones y tener la oportunidad de hacer preguntas al personal de atención al cliente en persona.

 

  • La segunda es decidir qué producto comprar. Al elegir entre productos similares, los clientes tienden a querer experimentar cada producto. 

 

  • La tercera son las devoluciones, que se siguen considerando más fáciles en un local físico que por correo.

 Además de los centros de experiencia del cliente, las microtiendas también actuarán como centros de recogida de productos para todo lo que se pida en línea. La idea es seguir el ritmo de Amazon y hacer llegar las compras a los consumidores a la velocidad del rayo.



El omnicanal como innovación de cara al cliente

Como las tiendas más pequeñas son más fáciles y baratas de montar, los micromercados pueden permitirse experimentar con nuevas tecnologías y nuevas formas de personalizar la experiencia de compra. Pasar a la omnicanalidad significa esencialmente crear una experiencia más envolvente, mezclando las experiencias en línea y en persona para crear esta personalización.

 

Aunque este tipo de experiencia integrada es relativamente nueva, también es vital para los establecimientos de microventa. Lejos de ser sólo una moda, este tipo de comercio omnicanal es exactamente lo que esperan los consumidores modernos. A medida que esta tendencia continúe, quién sabe qué tipo de integraciones y desarrollos veremos en la experiencia omnicanal.

 

En resumen, la microcomercialización no consiste únicamente en reducir el tamaño debido a los retos modernos de mantener un local rentable. Es un intento de salvar la brecha entre las experiencias de compra online y offline mediante la creación de tiendas físicas que complementen las tiendas online. De este modo, el propósito de una microtienda es ofrecer a los clientes una experiencia completa del producto y proporcionar lo que los minoristas online no pueden: una experiencia real con productos reales.